Madrugada, oscuridad laberíntica
Fría, silenciosa
En ti se detiene el tiempo y me atropellan los pensamientos
Me condenas a pensar en ella y a que mi corazón se retuerza deseando tenerla cerca
Madrugada cruel, ladrona de mi descanso, traes a mis ojos lágrimas
Lágrimas de impotencia
Lágrimas de dolor por no tenerla
Madrugada mentirosa, me haces alucinar con su suave cuerpo acostado a mi lado y cuando mis manos van a acariciarla se desvanece en tu imponente oscuridad
Madrugada maldita, despunta ya en el día para que el tiempo corra y me permitas verla de nuevo
Madrugada, estoy aquí, en medio de tu silencio rogándote que le hagas llegar estas palabras en un suave susurro a su oído, muy suave para que no despierte, pero que sepa que es lo más grande de mi vida
Que es mi gran amor y que la amo más que a nada en este mundo
Llévale el calor de mis brazos para que se sienta protegida
Madrugada fría, sé mi cómplice para vigilar su sueño y permíteme escaparme a la distancia tan solo un segundo para besar sus labios mientras la admiro. Hazle saber que con mi esencia y que todo mi existir le pertenece, que es la dueña y reina de esto que ahora se enrolla de nuevo entre las sábanas para conciliar el sueño que tú, madrugada insolente, me has robado.
Poema de Gilberth Araujo, escritor trujillano que divide su vida entre la ingeniería y la poética. Tiene numerosos trabajos inéditos que hablan de experiencias personales, preocupaciones existenciales, vivencias y sueños que tocan lo surrealista desde una postura curiosa, apasionada, paranoica, sensible y que invita a la introspección y suele ser reflexiva y trascendental.
hermosa la manera que expresa su amor, me gustaría ver mas su trabajo
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